Me encanta acercarme a la ciudad. Normalmente lo hago sola para no estar presionada por las necesidades de mis compañeros de viaje. No me importa nada perderme, caminar e investigar, recorrer y preguntar.
Vale la pena pasear por esta ciudad; de día con las tienditas, los 4 semáforos que tienen, el souq Mubarakiya, tomarte un zumo de naranja natural (mafi sugar = sin azúcar) el souq de las frutas, verduras y dátiles, los edificios con su orden desordenado, las tienditas de diseño perdidas por la ciudad, las cafeterías decoradas con cariño en los grandes rascacielos (que bonita palabra rasca cielo.....) y de noche con sus luces de colores, sus restaurantes chic al estilo neoyorkino y su escaso tráfico.
Kuwait City será algún día una magnifica ciudad pero hoy es un lugar lleno de contrastes. Grandes edificios, majestuosos edificios, al lado de chabolas pendientes de demolición donde se alojan decenas de inmigrantes en camas calientes y todo ahí, todo en un instante todo a la vista de tus ojos deseosos de conocer.
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