¡Que disgusto! Con la ilusión que me hacía a mi comer en Table Otto, más después de saber que la Reina de Suecia había cenado aquí en su última visita. Pensé, este tiene que ser el bueno.
El frío que hacía en el parque no tuvo la culpa, el parque en si no tuvo la culpa; el aparcamiento es amplísimo y todo está hiper cuidado pero, ¡ay ama! el frío que estamos pasando aquí en el desierto.
El local está bien, pero no para echar cohetes, otro bajón. Como la gente joven para por aquí y el dueño está relacionado con los mismos de Almakan en K-Town pensé que iba a ser lo mismo, pero bah, una cocina con cristalera a la vista llena de filipinos currando, na mas.
La carta también resultó otro fraude, cuando te ponen patatas fritas congeladas como opción para compartir algo anda mal. Hamburguesas, fritangas etc.... nada interesante si no todo lo contrario, se salvó el solomillo y ya!
Lo peor de todo fueron los 47 kd que nos cobraron por los 4 comensales. 150€ por un platito de rabas, unas gambas al ajillo (ricas, perreso no deliciosas) una especie de mini pizza del tamaño de una tostada, dos ensaladas, la carne y dos trozos de tarta; un pastel vasco que por cierto estaba delicioso. Ni mantel, ni servilleta de tela, el café en tacita pero sin plato..... El servicio fatal también, sorry @tableottokw pero no vuelvo mas ni recomiendo a nadie ir. O espabiláis u os come Costa Coffee en un telediario mas.
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